En esta entrada os vamos a enseñar cómo se prepara un Chocoflan, tarta quesillo, flan cake o pastel imposible, que al contrario de lo que su nombre parece indicar, es muy sencillo de hacer y no requiere conocimiento alguno de repostería. El resultado es simplemente espectacular, con dos capas que suponen un contraste de sabor y textura irresistibles para el paladar. ¿Qué dices? ¿Te animas? ¡Pues agarra el delantal que nos vamos directos a la cocina!
Ingredientes
Para el caramelo:
- Media taza de azúcar.
- Un cuarto de taza de agua.
Para el flan:
- Cinco huevos medianos.
- Una lata de leche condensada de unos 400 mililitros más o menos.
- 400 mililitros de leche entera (podemos usar la lata de la leche condensada para conseguir la medida exacta).
- Una cucharada grande de vainilla.
Para la torta de chocolate:
- Cuatro huevos.
- Una taza y media de azúcar.
- Una taza y media de harina de trigo.
- Una taza de cacao o chocolate en polvo.
- Media taza de leche entera.
- Media taza de aceite.
- 10 gramos de polvos para hornear.
- Mantequilla.
Cómo hacer Chocoflan o pastel imposible
- Comenzamos untando con mantequilla el molde que vayamos a usar para nuestra torta imposible. También es necesario precalentar el horno a 220 grados Celsius. Dividiremos la receta en tres partes: primero haremos el caramelo que pondremos en el fondo, después el flan o quesillo y por último la torta o bizcocho de chocolate.
- Colocamos un cazo en el fuego y añadimos el agua y el azúcar. Dejamos que caramelice con el calor sin remover, ya que de lo contrario se formarán grumos. Cuando comience a cambiar de color, bajamos la temperatura y realizamos movimientos circulares en la cazuela, para que la caramelización sea uniforme.
- En cuanto al azúcar adquiera el tono del caramelo apagamos inmediatamente el fuego. Es muy importante estar atentos, ya que si nos pasamos unos segundos quedará negro, con mal sabor y habrá que tirarlo. Lo vertemos en el molde.
- Ahora vamos a preparar el flan. Para ello, batimos a mano los huevos en un bowl grande, aunque también podemos usar la licuadora. Agregamos la leche condensada, la leche entera y la vainilla. Seguimos removiendo para que todos los ingredientes se incorporen
- Cuando el caramelo esté frío y duro, volcamos esta mezcla sobre el molde y lo introducimos en el horno. El flan debe cocinarse al baño María unos 20 minutos, para que así no se queme por los lados y tenga un aspecto muy atractivo.
- Mientras tanto, vamos a aprovechar este tiempo para finalizar el último paso de nuestra receta: la torta de chocolate. Es muy sencillo, solo hay que echar los huevos, el azúcar, la harina, los polvos de hornear y el resto de ingredientes en un recipiente y remover a mano.
- Transcurridos los 20 minutos, sacamos el quesillo del horno y volteamos la mezcla de la torta de chocolate por encima. Hay que hacerlo con cuidado, para que el contenido no caiga bruscamente y rompa el flan, así que te recomendamos que uses una espátula.
- ¡De vuelta al horno! Con la misma potencia y también al baño María, pero esta vez entre 40 y 45 minutos. Cuando quede poco tiempo para acabar, pincha la torta con un palillo: si sale limpio es que está en su punto, en caso contrario déjalo cocinar unos minutos más.
- Sacamos el molde del horno y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente sobre una rejilla. Posteriormente, agarramos un cuchillo bien afilado y lo introducimos por los lados para que se vaya desprendiendo. Colocamos el plato o bandeja que usaremos para servir encima y rápidamente le damos la vuelta. Si se queda pegado al molde, golpéalo suavemente hasta que salga. Refrigeramos durante al menos una hora.
- Ya hemos acabado nuestro espectacular Chocoflan o pastel imposible. ¿A qué no era tan complicado? El resultado no se puede describir con palabras, así que lo mejor es que lo pruebes enseguida. ¡Buen provecho!
Si quieres quedar bien delante de tus invitados, esta receta nunca te defraudará. Tiene una pinta estupenda, solo superada por su delicioso sabor y originalidad. El chocoflan, tarta quesillo, pastel diplomático o imposible es de origen mexicano y combina la textura de un brownie con la cremosidad del flan. Su nombre viene de lo singular de su proceso de horneado, formado por dos capas que no llegan nunca a mezclarse entre sí.
En el país azteca es común acompañar este postre con cajeta, un dulce de leche tradicional que se elabora con queso de cabra. Sin embargo, puede sustituirse por dulce de leche normal o salsa de tofe. La única pega es que se trata de un platillo con una gran cantidad de calorías, por lo que hay que disfrutarlo siempre con moderación. Esto es algo más fácil de decir que hacer, porque una vez que empiezas no puedes parar. ¡Pura tentación!
